Parecería que éste es un programa o método eficaz para ayudar a quien lo implemente, a salir de la zona de confort.
Sin embargo quienes llevamos un tiempo trabajando el programa hemos podido darnos cuenta de que no es tan simple. Quiero aclarar que esta definición que doy a continuación no es oficial, sino parte de mi impresión subjetiva y sesgada desde mi propia experiencia dentro del programa.
DiverCrecer no nos ayuda solamente a salir de nuestra zona de confort, sino nos ayuda a hacerlo con un propósito. A reencontrar el sentido de nuestras vidas, a rescatar nuestros talentos olvidados, a reconciliarnos con nuestra pasión, a expresar amor, servir a nuestras familias y a la sociedad, e impactar positivamente las vidas de otras personas a través de nuestros talentos.
El programa nos ayuda a reconciliarnos con nuestro pasado y a resignificarlo porque ahora, sin importar lo vergonzoso o doloroso que haya sido, nos permite ayudar a otros.
Muchos de los que estamos en este camino hemos experimentado en otros momentos de nuestras vidas lo que es salir de la zona de confort. Hemos tenido períodos de gran crecimiento relacionados con salidas de la zona de confort, pero la mayoría de las veces que salimos de la zona de confort en nuestro pasado, lo hicimos a pesar nuestro; en contra de nuestros deseos; a punta de fuerza de voluntad, por períodos de tiempo durante los cuales lo que más añorábamos era volver a nuestra zona de confort.
En otros casos, lo hicimos voluntariamente, pero desde la inconsciencia total sobre la problemática de la zona de confort, y al final siempre había una fuerza inconsciente y superior a nosotros mismos que nos gobernaba como marionetas y nos llevaba a buscar nuevamente nuestra zona de confort.
En el mejor de los casos éramos conscientes de la necesidad de salir de la zona de confort, y enfocamos toda nuestra voluntad y nuestra fuerza hacia salir de la zona de confort, pero como los alcohólicos que simplemente tapan la botella y con ello sólo sienten que se deshicieron de su muleta y que andan por el mundo con una discapacidad sin saber cómo sanar su discapacidad que proviene del alma, los adictos a la zona de confort podíamos celebrar nuestras victorias sobre la zona de confort, pero al mismo tiempo sentir una infelicidad crónica y endógena que sólo pudimos sanar de la mano con las herramientas de Crezcamos.
Para todos los que ya hemos salido de la zona de confort y hemos experimentado esos efectos secundarios indeseables y para los que no quieren pasar por todo ese proceso de ensayo y error, nació esta comunidad: Una comunidad que ayuda a las personas a salir de la zona de confort con un propósito, pero al mismo tiempo les enseña a vivir felices fuera de la zona de confort.
Esa es la única manera de hacer que el proceso sea sostenible en el largo plazo. Es la forma de lograr que las personas se comprometan con un proceso de crecimiento continuo.
DiverCrecer no es sólo un libro, o una colección de libros. tampoco es un toque mágico que va a hacer que la gente alcance la perfección instantánea. De hecho, como lo decía algún miembro en su testimonio, cuando creemos que estamos recuperados o que alcanzamos la perfección, dejamos de recuperarnos y de crecer.
El programa, que toma prestadas algunas herramientas de otros programas y también tiene las suyas propias, que no es un programa cuadriculado e inerte, sino se va enriqueciendo con las experiencias de sus miembros, nos permite encontrar la felicidad en el proceso… el crecimiento… el aprendizaje.
Esto no es algo raro ni extraordinario. De hecho, antes de comenzar el proceso yo recuerdo el brillo que veía en la mirada de los niños el entusiasmo; la alegría independiente de la situación social, económica, o política del país en el que estaban, o de si el día estaba nublado, lluvioso o soleado; la curiosidad innata; el deseo de explorar y conocer su entorno; la alegría que expresaban con cada logro, cada paso que les mostraba que estaban creciendo y ganando independencia; cuando comenzaban a dar sus primeros pasos; cuando comenzaban a correr; cuando alcanzaban el timbre; cuando lograban subirse solos a un árbol.
También he visto como ese brillo se va apagando con la crianza y la educación, hasta llevar a esos seres que antes saltaban riendo a carcajadas y bailaban bajo la lluvia saltando entre los charcos y salpicando agua, en seres aburridos y acartonados que quisieran quedarse acostados bajo las cobijas en un día lluvioso.
Poco a poco me he ido dando cuenta de que lo que el programa ha hecho en mí no es nada extraordinario. No me ha transformado en ningún ser especial. Sencillamente me ha permitido recuperar a ese niño que hay dentro de mí, a ese niño que dejé abandonado en algún momento de mi vida para encajar en una sociedad que premia la auto-alienación y el sacrificio.
A medida que he ido encontrando a ese niño, he ido redescubriendo lo que sabía desde que era muy pequeño: Que la felicidad está dentro de mí. Que debo dejar de buscar culpables de mi infelicidad, y concentrarme en ser feliz en el momento presente. La responsabilidad de mi propia felicidad está en mí y en cómo decido vivir este día.
En la medida en que me permito a mí mismo recuperar mi propia curiosidad y espontaneidad, en la medida en que me permito volver a ser niño y vivo el presente con el entusiasmo con el que lo vivía cuando tenía tres añitos, en el momento en que me permito hacer chistes bobos y reírme de ellos, hacer locuras y disfrutarlas, ver lo nuevo como una aventura y no como algo a lo que deba tenerle miedo, cuando pierdo el miedo de hablarle o preguntarle algo a un desconocido en un ascensor, recupero la capacidad de aprender, crecer, progresar y prosperar en mi vida de manera natural; sin hacer mayores esfuerzos; como una consecuencia normal de estar vivo.
Y lo más importante, como el niño que explora el mundo que lo rodea, soy feliz en el proceso, y mientras más me comprometo con mi programa de recuperación, mayor felicidad, espontaneidad y libertad voy encontrando en mi vida.
¿En qué consiste el programa?
Éste es un programa de doce pasos, como otros que han logrado grandes transformaciones en las personas que los han aplicado.
Es un programa que podemos comenzar a implementar en nuestras vidas en cualquier momento. No importa lo duro que nos hayamos golpeado, ni lo profundo del fondo que hayamos alcanzado.
Cualquiera persona, está en condiciones de hacer el programa, en el momento y en las condiciones en que se encuentre en el momento en que decida comenzar.
El programa consta de algunas herramientas heredadas de otros programas de Doce Pasos que se implementan exactamente de la misma forma, otras herramientas provenientes de otros programas de Doce Pasos que han sido adaptadas y algunas otras herramientas propias.
Cada miembro del grupo hace el programa a su propio ritmo, no hay juicios ni críticas, nuestro interés es apoyarnos mutuamente en este proceso que hemos decidido emprender juntos.
En el camino nos damos cuenta de que nadie puede ser mejor para ayudar a un adicto a la zona de confort, que otro adicto a la zona de confort. Por eso los consejos o comentarios bien intencionados de las personas que no padecían esta problemática, no nos ayudaban sino nos hacían sentir peor acerca de nosotros mismos.
En este libro expondremos brevemente las herramientas de Crezcamos, pero mi consejo personal para la persona que después de leer este libro sienta que este programa le podría ayudar, es que no se desgaste intentando hacerlo sola.
Que se acerque al programa y sencillamente esté dispuesta a dejarse ayudar; a dejarse guiar; a dejarse llevar de la mano. Es gratis y encontrará a otras personas que ya han pasado por el dolor que ella está viviendo, y le irán mostrando el camino que ellos recorrieron, para que ella pueda ir construyendo su camino hacia sus propios sueños.
Para ponerse en contacto con nosotros, solamente hay que buscar “DiverCrecer” en internet, o digitar la dirección: https://divercrecer.home.blog
Ahora… para saber cómo comenzar a implementar este programa en tu vida, haz Click AQUÍ.